El cambio es una mentalidad

Deseas lucir mejor, sentirte mejor o mejorar tu salud. Sientes en los huesos que es el momento de un cambio.
Sin embargo, cambiar rápidamente tu estilo de vida diario puede ser difícil. Los objetivos muy amplios como “bajar de peso”, “ponerse en forma” o “comer mejor” son resoluciones muy populares. Pero la verdad es que tales resoluciones pueden fallar rápidamente.
Un enfoque más sencillo (y fácil) puede consistir en convertir los objetivos en hábitos y, a partir de ahí, mejorar de a uno los hábitos.
Las personas son buenas creando hábitos. Las investigaciones indican que alrededor del 40% de nuestra vida cotidiana se compone de comportamientos que realizamos en contextos específicos, a menudo sin pensar, es decir, ¡hábitos!
Sin embargo, crear nuevos hábitos saludables (y dejar los no saludables) requiere preparación. Las mejores intenciones pueden quedar en la nada si pierdes de vista por qué es importante un cambio de comportamiento. Recuerda lo que motivó tu decisión de hacer este esfuerzo.
Fíjate en el "por qué"
¿Qué hizo que decidieras mejorar tu salud, estado físico o bienestar mental? Quizás tuviste que faltar a una oportunidad para ir de excursión, algo que antes te encantaba. Quizás el estrés, o los síntomas de una afección crónica, te estén afectando. ¿O no sería bonito poder jugar sóftbol con tus hijos? Cualquiera de estos motivos podría reforzar tu compromiso por hacer un cambio.
Date un gusto
Piensa honestamente acerca de por qué deseas bajar de peso o mejorar tu estado físico. Sin duda, el profesional de la salud está en lo cierto cuando dice que reducirás el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Pero siempre lo has sabido, y no te ha inspirado a hacer ejercicio o a comer de manera más saludable. Es posible que tus esfuerzos anteriores por cambiar no hayan funcionado porque respondías a las justificaciones de otra persona.
¿Qué te haría feliz? Las investigaciones demuestran que es más probable que las personas se propongan un objetivo si lo eligen libremente. Tu familia insiste en que vivirás más si bajas de peso. Pero tal vez verte muy bien en la boda de tu hija o poder jugar al tenis de nuevo sea una motivación más potente para ti. ¡Y eso está bien!
Del mismo modo, los nuevos hábitos saludables deben ser cosas que te agraden o te sientas a gusto al hacerlas. Si vas a aumentar la ingesta de verduras, no incluyas coles de Bruselas si no te gustan. En su lugar, incorpora otras verduras que te gusten. Si trotar te hace doler las rodillas o los pies, no lo hagas.
Empieza con una actividad física menos intensa, como estirar, o únete a una clase local de yoga.
Ponte al ritmo
Aceptar el cambio puede ser inspirador. Mira al futuro y proyecta ese momento en el que puedas pasar el día sin dolor, conciliar el sueño sin medicamentos o alzar a un nieto. Al aclarar lo que más te importa, estableces la base para planificar una estrategia para adoptar hábitos más saludables.